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Comunicación y Opinión

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Depresión: no bajar nunca la guardia

El médico de atención primaria debe asegurar una 'alianza terapéutica' con el paciente para que acuda a la consulta y tome la medicación prescrita

La mejoría de la depresión puede ser un arma de doble filo. Denota cuándo un paciente se está recuperando de esta grave enfermedad mental, pero también es el momento en que los afectados con ideaciones suicidas tratan de atentar contra su propia vida. Los médicos de atención primaria deben intentar descubrirlos en su consulta y orientarlos para evitar estas muertes prematuras.

CLARA BASSI |  Fecha de publicación: 8 de febrero de 2008

La depresión afecta entre un 10% y un 15% de la población mundial, al menos una vez a lo largo de su vida, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esto significa que el número de personas deprimidas alcanzaría los cuatro millones de personas, lo que implica que el número de psiquiatras y psicólogos es insuficiente para atender esta enfermedad mental. Por fortuna, los médicos de atención primaria están capacitados para atenderlas y tratarlas.

Más que tristeza

La mayoría de afectados por la depresión presentan un cuadro caracterizado por el desánimo, la apatía y la tristeza profunda. En ese estado apenas reúnen fuerzas para levantarse de la cama al día siguiente. Cuando mejoran, uno de los grandes riesgos de estos pacientes -sobre todo mujeres- es que les asalten esas ideas suicidas. De hecho, curiosamente, muchos cometen tentativas de suicidio durante la etapa de recuperación, puesto que mientras dura la fase de tristeza profunda no tienen capacidad para ello, ni siquiera para planificarlo.

Sin embargo, la fase de recuperación resulta especialmente peligrosa. En ese momento los pacientes han recobrado parte de sus fuerzas, que todavía son insuficientes para afrontar la vida con optimismo pero suficientes para planear el suicidio e, incluso, intentar llevarlo a la práctica, según José Ángel Arbesu, coordinador del Grupo de Trabajo de Salud Mental de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, SEMERGEN, y uno de los directores científicos del programa 'Psicopíldoras formativas en Salud Mental'.

Los médicos que forman parte de este programa se han formado en dieciocho casos de enfermedades mentales que, con frecuencia, pueden encontrarse en las consultas de primaria en la vida real. El suicidio y cómo orientar a las personas con ideaciones suicidas es uno de los casos sobre los que se ha ilustrado a estos médicos de atención primaria.

 El médico de atención primaria

La empatía con el enfermo es fundamental para intentar averiguar qué pacientes desarrollan ideaciones suicidas. Así, en la entrevista clínica se recomienda al médico ir de menos a más en las preguntas íntimas y partir de temas generales para luego introducir preguntas más importantes. Ésta sería una de las múltiples formas para preguntarle acerca de los pensamientos suicidas de un modo indirecto.

Una vez que el médico llega a la conclusión de que el paciente tiene ideaciones suicidas, debe considerar cuál es el mejor modo de abordar su atención. En los casos de mayor riesgo, puede enviarlo al hospital. Estos casos de riesgo alto se identifican gracias al conocimiento de distintos marcadores o indicadores de riesgo de suicidio: pacientes que viven solos, con pocos vínculos sociales y familiares, problemas económicos o de adicción al alcohol, entre otros.

Todo ello debe ser valorado por el médico de atención primaria. Pero, si éste descubre que el paciente tiene buenos vínculos familiares y sociales, y nunca ha hecho un intento de autolesión, es posible tratarlo en el primer nivel asistencial con la medicación pertinente. No obstante, debe asegurarse de que llega a una 'alianza terapéutica' con el paciente, es decir, conseguir que éste le prometa acudir a la consulta y tomar la medicación que se le prescriba.

Problemas del aislamiento

Cuando el paciente vive solo, tiene problemas con el alcohol, económicos o de otra índole y sufre de aislamiento social, lo adecuado es derivarlo a una unidad de salud mental para que le atiendan los profesionales competentes en estos casos. «Lo primero que debe hacer el médico de primaria es no prejuzgar al paciente, sino escucharlo, oír sus opiniones e intentar desactivar sus creencias negativas. Pero nunca juzgarlo moralmente», advierte Arbesu.

El médico de atención primaria prescribe medicación (antidepresivos y tranquilizantes) y psicoterapia, pero también procura conectar con su entorno familiar y social para que el paciente tenga vínculos y no se quede aislado. Esta conexión con el núcleo familiar y social se considera fundamental para que el afectado por la depresión evolucione bien.

No obstante, el médico debe hablar con sus familiares para dejarles claro que no deben forzar al enfermo a hacer cosas que no desea o para las que no tiene fuerzas. Es posible que la familia, con la mejor de sus voluntades, intente sacarlo de casa o promover actividades con él a las que no habría que obligarle, al menos durante la fase de tristeza, apatía y desesperanza propia de la depresión. Más adelante, sí que se puede intentar programar actividades que le ayuden a salir de la apatía.

Tópicos del suicidio

Cuando se habla de suicidio son varios los tópicos que de inmediato surgen en los diferntes ámbitos, muchos de ellos, falsos. El más extendido es que si se habla demasiado de suicidio, la población tienda a emularlo y se 'contagia', una creencia popular que es totalmente falsa, según el experto de SEMERGEN. Este especialista ha insistido en que otra creencia errónea es que el paciente depresivo profundo se suicida y el que mejora de la depresión no se suicida, cuando ocurre lo opuesto. Aunque se tiende a decir que no se puede saber cuándo se va a suicidar un paciente y que el suicidio es imprevisible, esto no es del todo cierto. El paciente va dejando pistas elocuentes con las que se va despidiendo, como hacer el testamento. «Estos pacientes suelen acudir a las consultas y dejarnos pequeños indicios de que está pensando suicidarse, aunque los que están muy, muy deprimidos, no están capacitados para planificarlo». 

INCIDENCIA

La mayoría de los pacientes con depresión tienen ideaciones suicidas, en concreto, las estadísticas revelan que lo intentan más las mujeres, aunque lo consuman más los hombres. Atentar contra la propia existencia es un acto más común en las edades medias de la vida, aunque también se percibe un riesgo elevado en las personas mayores que viven solas, con pocos vínculos familiares (por viudedad) y sociales.

En Europa, el país donde se registran más suicidios es Finlandia, cuya tasa es de 37,9 por 100.000 habitantes, según datos de 2002 difundidos por la OMS. Las tasas más altas de suicidio corresponden a los países nórdicos, mientras que las más bajas se encuentran en los países latinos y mediterráneos. Se considera una tasa baja alrededor de 5 casos por 100.000 habitantes. En España la provincia que tiene una mayor tasa de suicidio es Lugo, donde este acto se sitúa entre 15 y 30 casos por 100.000 habitantes.

Tomado de: http://www.consumer.es/web/es/salud/psicologia/2008/02/08/174370.php

 

 Francisco Garcés

El verano de Sam: maltrato a animales y violencia interpersonal

Parte 2.- 

ALGUNOS CASOS DE ASESINOS EN SERIE QUE COMENZARON MALTRATANDO ANIMALES

JEFFREY L. DAHMER , el carnicero de Milwaukee

Jeffrey Dahmer confesó haber asesinado, desmembrado y, en algunos, casos, cometido actos de canibalismo con 17 varones. De niño, Dahmer empalaba perros y clavaba estacas a gatos en su jardín. Dahmer fue condenado a muerte, pero antes de que se llevara a cabo la sentencia, otro preso acabó con él en 1994.

EDMUND EMIL KEMPER III

Edmund Kemper fue condenado en 1973 por 8 cargos de asesinato en primer grado (8 mujeres incluyendo a su propia madre). A los 13 años mataba a los gatos del vecindario (a veces enterrándolos vivos), ponía sus cabezas en estacas y hacía conjuros con sus "trofeos". Cortó a rebanadas la cabeza de un gato con un machete, decapitó a su propio gato y lo troceó... Exactamente lo mismo que hizo con su madre años más tarde...

ALBERT DESALVO, el estrangulador de Boston

El "Estrangulador de Boston" mató a 13 mujeres en 1962-3, pero fue sentenciado a cadena perpetua por robo armado, asalto y delitos sexuales hacia 4 mujeres. Cuando era joven, atrapaba gatos y perros en jaulas y se divertía lanzándoles flechas a través de las rejas.

¿QUÉ ENTENDEMOS POR CRUELDAD HACIA LOS ANIMALES?

Después de leer sobre estos casos de los asesinos en serie más conocidos, incluso por el gran público, se nos pueden generar diversos interrogantes…¿hasta qué punto la crueldad hacia los animales es un comportamiento frecuente? ¿quien maltrata a un animal acaba siendo un asesino en serie o un agresor sexual? ¿qué se entiende exactamente por crueldad hacia animales?

El interés por el estudio de la crueldad hacia los animales no es un fenómeno propio de la actualidad sino que ha despertado la preocupación desde hace siglos, en algunos casos como expresión de una condena moral al maltrato hacia un ser sientiente y en otros por el temor a una extensión del comportamiento violento hacia la especie humana. Santo Tomás de Aquino, si bien no tenía una preocupación hacia el sufrimiento de los animales per se, recomendaba la condena social al maltrato animal ya que según él "siendo crueles hacia los animales, uno se acaba volviendo cruel hacia los seres humanos". En el siglo XVII, el filósofo John Locke escribía "el acostumbrarse a atormentar y matar a bestias, endurecerá gradualmente las mentes hacia los hombres; y aquéllos que se complazcan en el sufrimiento y la destrucción de criaturas inferiores, no serán aptos para ser compasivos o benevolentes hacia aquéllos de su propia clase" (1693, Sec.166)

Los novelistas y escritores también han reflejado la conexión entre la violencia hacia los animales y los humanos, siendo algunos ejemplos bien conocidos por el gran público: "El gato negro" (Poe, 1843), "El gran Santini" (Pat Conroy, 1976), "El señor de las moscas" (William Golding, 1959), "Las Crónicas de Narnia" (C.S. Lewis) y "Sacrifice" (Andrew Vachss, 1991).

Desde el punto de vista de la comunidad científica, la antropóloga Margaret Meadafirmaba ya en 1964 que la crueldad hacia los animales era un síntoma de una personalidad violenta y que sin un diagnóstico a tiempo podría conducir a “una larga carrera de violencia episódica y asesinato”.Las primeras investigaciones sobre la relación entre la crueldad hacia los animales y los humanos, tuvieron lugar hace 40 años y concluyeron que existía dicha relación de grado mediante el análisis de población penitenciaria.

Debido al reconocimiento de la crueldad hacia los animales como un paso potencialmente previo a la comisión de actos violentos hacia humanos, tanto los clínicos como los investigadores han procurado definir este fenómeno, no sin pocas dificultades.

Los clínicos incluyeron la crueldad hacia los animales como uno de los síntomas del trastorno de conducta (conduct disorder)por la American Psychiatric Association en su edición del 1987del Diagnostic Statistical and Manual of Mental Disorders III–R. La crueldad hacia los animales se considera, además, un criterio diagnóstico (aunque no exclusivo) fiable. En la versión posterior delDSM-IV (1994), un trastorno de conducta era definido como un "patrón repetitivo y persistente de comportamiento en que los derechos básicos de los otros o las normas sociales son violadas" (p. 85) con la presencia de 3 (o más) criterios durante los 12 últimos meses con uno al menos durante los últimos 6 meses. De los 15 criterios, sólo el A5 está relacionado con la crueldad hacia los animales y no ofrece una definición amplia de lo que se considera crueldad, lo cual supone uno de los obstáculos en el estudio de este tema.

La definición más utilizada por los investigadores es la de "comportamiento socialmente inaceptable que causa de manera intencional un sufrimiento, dolor o distrés inecesario y/o la muerte del animal". No se incluyen, por tanto, y aunque causen sufrimiento a los animales, comportamientos más socialmente aceptados como la caza legal, la ganadería intensiva, la cría de animales por su piel, la experimentación con animales, espectáculos con animales (corridas de toros, rodeo, circo, zoos...). La definición de crueldad hacia los animales también debería incluir, según varios autores, los actos de maltrato por negligencia cuando existe una intencionalidad de causar daño, diferenciándolo, por tanto, del "hoarding" o Síndrome de Diógenes con animales (a pesar de que las víctimas son animales, los factores etiológicos son diferentes). Existe además una diferenciación a tener en cuenta según se trate de animales invertebrados, vertebrados de sangre fría y vertebrados de sangre caliente, ya que las implicaciones psicológicas son distintas.

CRUELDAD HACIA LOS ANIMALES Y TRASTORNO DE CONDUCTA EN NIÑOS

El trastorno de conducta se caracteriza por patrones persistentes de ruptura de normas sociales asociados a daño físico a otras personas, propiedades, robo, y serias violaciones de las normas (DSM-IV, 1994). De los niños diagnosticados de trastorno de conducta, el 25 % han sido, o son en el presente, crueles hacia los animales.

En un exhaustivo meta-análisis elaborado en EEUU, la crueldad hacia los animales se consideró uno de los síntomas más precoces de dicho trastorno (a la edad de 6.75 años). Es interesante destacar la importancia de este hecho ya que un inicio temprano de los síntomas suele ir asociado a una pobre prognosis del trastorno de conducta (APA, 1994). Otras conclusiones a que se ha llegado después de diversos estudios es que los niños que cometen actos de crueldad hacia animales es más probable que tengan problemas de conducta más severosque los que presentan otros síntomas, y que los niños con trastorno de conducta presentan mayores cifras de crueldad hacia animales que otros grupos.

CRUELDAD HACIA ANIMALES Y AGRESIONES SEXUAL

En una muestra de violadores varones y pedófilos se encontraron mayores cifras de crueldad infantil hacia animales: 48% en violadores y 30% en pedófilos comparados con una muestra sin antecedentes violentos. Ascione concluye en sus investigaciones que se encontraron antecedentes de crueldad con animales en exhibicionistas (30%), acosadores sexuales (36%), acosadores sexuales encarcelados (46%), violadores convictos (48%) y asesinos adultos (58%).

En una muestra de jóvenes víctimas de abusos sexuales que presentaban enfermedad mental grave, se observaron mayores cifras de comportamiento sexual inadecuado, abuso de sustancias, reacciones post-traumáticas, síntomas disociativos y crueldad hacia animales.

ESTUDIOS EN MUESTRAS PENITENCIARIAS

En estudios comparativos se ha visto una mayor incidencia de antecedentes de abuso a animales siendo niños en presidiarios por crimen violento respecto a un grupo de hombres no violentos no encarcelados (Kellert & Felthous, 1985, entre otros trabajos). Se encontraron también antecedentes de crueldad con animales en exhibicionistas (30%), acosadores sexuales (36%), acosadores sexuales encarcelados (46%), violadores convictos (48%) y asesinos adultos (58%) (Ascione, 1993).

En un reciente estudio del 2005 elaborado en dos prisiones de media seguridad y en una de alta seguridad en EEUU, en una muestra de 261 individuos, se observó que los participantes que habían maltratado o matado animales de manera repetida habían sido expuesto a actos de crueldad hacia animales a una edad más temprana y con mayor frecuencia habían sido testigos de un amigo maltratando un animal ( también observado en un estudio en población penitenciaria catalana). Los presos que habían sido testigos de crueldad a una edad más temprana, también comenzaban antes a perpetrar actos crueles. Este hecho implica que el inicio y la frecuencia de la crueldad hacia los animales puede haber sido fruto de la influencia por los miembros del entorno social primario. Debido a que la exposición temprana era un factor significativo en la comisión inicial y recurrente de actos crueles en dicha muestra, se hipotetiza sobre la posibilidad de que los presos hubieran sufrido un proceso de desensibilización en su infancia temprana. La exposición a crueldad hacia animales así como a otras formas de violencia en edades tan tempranas y el hecho plausible de desensibilizarse a éllo los convierte potencialmente en más tendentes a cometer también actos de violencia interpersonal.

La limitación del espacio obliga a haber podido apuntar únicamente unas breves consideraciones sobre el estudio de la crueldad hacia los animales, aunque son suficientes para llegar a la conclusión lógica de la necesidad del trabajo integrado de diversos colectivos (padres, educadores, maestros, asociaciones de protección animal, trabajadores sociales, veterinarios, pediatras, agentes de la autoridad, magistrados y abogados etc.) con el fin de llevar a cabo programas de detección precoz del maltrato a animales e iniciar una intervención adecuada . xxx

Cada vez que no tomamos en consideración el maltrato a los animales, nuestra sociedad vive un doble fracaso: ser partícipes de una actitud moralmente injusta y perder la oportunidad de identificar un comportamiento que podría ser un precursor de violencia hacia humanos.

Tomado de: http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=44015

Francisco Garcés

El verano de Sam: maltrato a animales y violencia interpersonal

Parte 1.- 

Muchos niños que son testigos de maltrato a animales por parte de una figura parental acaban desarrollando también este comportamiento.

El verano del 1977 fue especialmente caluroso en la ciudad de Nueva York, aunque no fue por la ola de calor que se recuerda a ese tórrido verano. Los habitantes de la ciudad que nunca duerme vivieron dominados por el terror que sembró David Berkowitz, más conocido como el hijo de Sam, quien mató a seis personas, hirió de gravedad a otras seis y se comunicó regularmente con columnistas de varios periódicos. Robert K. Ressler, uno de los fundadores del VICAP[1] del F.B.I.[2] y uno de los mayores expertos mundiales en la elaboración de perfiles criminales consiguió entrevistarse en varias ocasiones con Berkowitz, a quien describió como alguien tímido, reservado, calmo, educado…aparentemente nada hubiera hecho pensar que fuera capaz de cometer semejantes crímenes. Pero nadie se convierte en asesino en serie de la noche a la mañana: al estudiar la historia de Berkowitz, se descubrió que había habido “señales de alarma”: llegó a provocar 1448 incendios, en su adolescencia empezó a desarrollar fantasías sexuales aberrantes, fantasías de estrellar aviones y de cometer actos violentos y homicidas. A los seis/siete años vertió amoníaco en el acuario de su madre adoptiva y pinchó a los agonizantes peces con una aguja. Mató a su pájaro con raticida y explicó haber sentido placer al contemplar la lenta muerte del animal, así como la imposibilidad de la madre de salvar al pájaro. David también torturaba otros animales como polillas y ratones. En el primer estudio sistemático sobre asesinos en serie y agresores sexuales elaborado por el mismo Ressler, su colega del FBI, John Douglas, y la Dra Burgess, de la Universidad de Pennsylvania, observaron que de los 36 individuos de la muestra, el 36% admitía haber torturado animales durante su niñez, el 46 % durante la adolescencia, y el 36% seguía siéndolo en la edad adulta.

Muchos niños que son testigos de maltrato a animales por parte de una figura parental acaban desarrollando también este comportamiento. La crueldad parental proporciona un modelo de comportamiento inapropiado hacia los animales por parte de los niños. Existen ejemplos de asesinos en serie que podrían haber sufrido este proceso, como es el caso de Henry Lee Lucas quien a la edad de 10 años fue testigo como el novio de su madre puñalaba a una ternera y abusaba sexualmente de ésta mientras estaba agonizando. A los 13 años empezó a capturar pequeños animales y desollarlos aún con vida por diversión. Sus primeras experiencias sexuales consistieron en la captura de animales y la realización de rituales sexuales que incluían la tortura y la muerte. Su escalada violenta progresó durante 30 años en los que apuñaló, mutiló y asesinó a mujeres, siendo considerado uno de los asesinos en serie más notorios de la Historia de la criminología. Otro depredador sexual, Keith Hunter Jesperson, relata entre sus primeras experiencias la tortura y muerte de animales y cómo su padre le exhortaba a éllo. En unas declaraciones desde la Oregon State Penitentiary explicaba el placer que le producía ver el miedo en los animales mientras los torturaba y cómo llegó un punto en que matar no significaba nada, empezando sus fantasías de experimentar con seres humanos. Existen datos similares en otras biografías de asesinos en serie que torturaban animales en su infancia, siendo algunos de los más conocidos: Jeffrey Lionel Damher, Arthur Shawcross, Ted Bundy, Edmund Emil Kemper III, Carroll Edward Cole, Albert de Salvo, Peter Kurten, Richard Trenton Chase, David Berkowitz, Patrick Sherrill, etc. De entre los asesinos de masas y “school shooters” son también estudiados los antecedentes de crueldad hacia animales en los casos de Eric Harris y Dylan Klebold, Kip Kinkel, Mitchell Johnson y Andrew Golden, Michael Carneal, Luke Woodham, Brenda Spencer, Lee Boyd Malvo, entre otros. Resulta especialmente estremecedor el caso de Woodham, quien reconoció en su diario haber desmembrado vivos a ranas y gatos y haber golpeado, quemado y torturado a su perro Sparkle hasta la muerte, describiendo el acto como “pura belleza”. Huelga decir que en el estudio de las biografías de asesinos en serie y de masas, no es únicamente la crueldad hacia los animales uno de los eventos destacados sino que existen en numerosas ocasiones varios factores de vulnerabilidad implicados que juegan un papel relevante en su psicogénesis.

Dra. Núria Querol i Viñas

Tomado de: http://www.kaosenlared.net/noticia.php?id_noticia=44015

Francisco Garcés

Crueldad con los animales y violencia humana

Numerosos estudios psiquiátricos indican que muchos criminales que han cometido actos de violencia en contra de humanos comparten una historia común de brutales castigos corporales y crueldad en contra de los animales.

Hace algún tiempo la comunidad mundial fue testigo de las matanzas de estudiantes cometidas en diversas escuelas secundarias de los estados Unidos. Toda la atención de las autoridades se volcó en tratar de entender los motivos que llevaron a éstos jóvenes a asesinar con una crueldad y saña difícil de igualar; pero esta falta de piedad, consideración y respeto no sólo se había limitado a los humanos, también había incluido el innecesario sacrificio de animales que con anterioridad habían sido las víctimas inocentes de estos desquiciados e inadaptados jóvenes. Expertos criminalistas, psiquiatras y psicólogos empezaron a establecer los nexos que conectaban estas dos realidades y desempolvando los archivos criminales de la nación, descubrieron que los indicios de crueldad y violencia ya se hallaban profundamente enraizados en éstos individuos desde su niñez. Jeffrey Dahmer, Ted Bundy, Albert de Salvo o David Berkowitz son tristemente recordados como los criminales más peligrosos y crueles de la historia policial de los EE.UU.. Todos ellos durante su niñez y juventud perpetraron terribles actos de crueldad en contra de animales: los utilizaron como su campo de entrenamiento criminal hasta que decidieron empezar a asesinar a miembros de su propia especie. La voz de estas inocentes víctimas o la sangre que derramaron nunca fueron tomadas en cuenta porque se trataba de animales. Nunca nadie se preocupó por intervenir y finalmente quebrar el ciclo de violencia y crueldad que se estaba creando y que más tarde se tornaría en contra de seres humanos. Numerosos estudios psiquiátricos indican que muchos criminales que han cometido actos de violencia en contra de humanos comparten una historia común de brutales castigos corporales y crueldad en contra de los animales. Pero a pesar de los estudios y las estadísticas, nuestra sociedad y nuestros sistemas educativos y judiciales aún no toman seriamente el abuso perpetrado contra los animales. Esta negación de la realidad es especialmente preocupante ya que la evidencia del abuso en contra de los animales no sólo puede indicar claramente la probabilidad de la violencia en contra de los seres humanos sino que también puede indicar graves síntomas de disfuncionalidad en las familias. Recientemente, los doctores Devyney, Dickert, y Lockwood estudiaron a cincuenta y siete familias que se encontraban bajo tratamiento en un centro de ayuda para jóvenes y familias víctimas de abuso infantil en New Jersey; en el 88% de los casos, sus animales de compañía también habían sido abusados o maltratados por alguno de los padres. La educación que se da a los niños les ayuda a establecer sus valores y patrones de comportamiento. Ellos adquieren sus principios morales y éticos emulando a los modelos que tienen a su alrededor, dentro de la sociedad en que viven. Un hogar en el que reina la violencia, el abuso, o la crueldad únicamente puede producir niños que perpetuarán el ciclo de violencia y abuso en las generaciones futuras.

Desgraciadamente, los animales que comparten éstos hogares se hayan atrapados en este círculo vicioso convirtiéndose en los seres más propensos a recibir el abuso. Es muy común el caso de padres abusivos que maltratan a las mascotas de sus hijos para intimidarlos o castigarlos psicológicamente. Lo más peligroso y terrible de éste tipo de situaciones es que en algunos casos éstos mismos niños se convierten en los verdugos de sus propios animales al ventilar sus frustraciones y agresiones personales contra ellos. Es un ciclo en el cual el poder de la crueldad tiene que ser ejercido en contra de los seres a quienes ellos perciben como aún más vulnerables e indefensos. En la mayoría de los casos, el animal es la última víctima de ésta interminable cadena de abuso que conecta al miembro más poderoso de la familia con el más débil de sus miembros. Es importante que comprendamos que para poder entender cualquier acto individual de violencia, debemos considerar la historia y la trayectoria de todos aquellos involucrados en éste tipo de incidentes.

Autor: Maru Vigo

Tomado de: http://www.cpca.org.ar/leerypensar/detalle.php?id=6

Francisco Garcés

Lenguaje animal - 2da parte

Los perros domésticos

Al igual que con otros animales superiores, el hombre ha tratado de interpretar el lenguaje de los canes, esta preocupación ha llevado a una empresa japonesa a crear un “traductor de ladridos caninos”.

Compuesto básicamente de gestos, posturas corporales, vocalizaciones y señas, es tan efectivo y preciso que permite a sus familiares salvajes, desde llevar adelante las complejas relaciones sociales existentes en las jaurías hasta coordinar perfectamente la caza en grupo de presas que los superan ampliamente en fuerza y tamaño.

Los perros domésticos se esfuerzan desde cachorros en comunicarse con nosotros y otras especies animales.

Los dueños de mascotas que viven en estrecha relación con sus animales, hacen una traducción permanente de lo que ellos quieren expresar, a veces en forma muy acertada y otras, como sucede entre humanos, cargada de malas interpretaciones.

De acuerdo a la opinión de los estudiosos, los canes se comunican con nosotros básicamente por medio de posturas corporales y vocalizaciones, utilizando su lenguaje para expresarse sobre tres temas principales: sus emociones, su territorio y sus relaciones sociales.

Las vocalizaciones, varían en tono y frecuencia, mientras los tonos bajos expresan amenaza o enojo, los tonos altos, se agudizan para manifestar miedo o dolor (al igual que en el hombre, “se afina la voz” ), a su vez una intensidad menor indica placer o ganas de jugar. La frecuencia con que se emiten los sonidos es importante para descifrar el mensaje, los sonidos que se repiten con rapidez, indican excitación o urgencia; así los sonidos agudos de corta duración revelan dolor o miedo. Los repetidos en forma más lenta, se muestran en situaciones placenteras o cuando tienen ganas de jugar.

Que un sonido se mantenga en forma sostenida, significa la intención de realizar alguna acción en forma inminente, así podemos observar que el gruñido bajo y sostenido es el que precede a un ataque, sonido muchas veces no interpretado, sobre todo por los más pequeños, por el cual el perro esta tratando de disuadir a su probable amenaza, si no logra su efecto, su conducta instintiva es atacar.

Las vocalizaciones caninas están compuestas de ladridos, forma de comunicarse más desarrollada en los perros domésticos, estimulada por el hombre, al reaccionar en respuesta a ellos satisfaciendo sus necesidades, los gruñidos, que emite un animal temeroso o enojado antes de atacar, a los que podemos observar cuando están muy concentrados jugando, imitando un comportamiento agresivo.

Gemidos, para hacer pedidos, para salir, por comida, antes de hacer sus necesidades o cuando algo que les gusta mucho esta por suceder (salir con el dueño a pasear ? ). Lloriqueos frente a situaciones que le inspiran miedo o por dolor. Suspiros por placer o frustración. Aullidos para comunicar su posición o territorio (coordinan la cacería en los canes salvajes ) o jadeos al excitarse. Este repertorio de sonidos es reconocido por muchos dueños atentos y les permite establecer, en muchos casos, una efectiva comunicación con sus perros.

Si prestamos atención a estos mensajes podremos conocer y anticipar sus necesidades, mejorando su educación. Una mejor comunicación con nuestra mascota le da una chance más de convivir armónicamente con su entorno.

 Disfrutémoslos responsablemente, hasta la próxima.
 
M.V. Mario Miani - Vice Presidente C.M.V.P.R.N.

Tomado de: http://www.foyel.com/cartillas/34/lenguaje_animal_-_2da_parte.html

Francisco Garcés

La crueldad en los circos (Parte 2)

Parte 2.-

Una de las formas para realizar un entrenamiento por condicionamiento operante, es con el refuerzo del comportamiento deseado. Un reforzador es cualquier estímulo que aumente la probabilidad de que se repita el comportamiento precedente. Todos recordamos cómo en muchos actos de circo con animales, el entrenador tiene una pequeña cantidad de alimento, que suministra al animal luego de hacer su "maroma". Solo es una pequeña cantidad y si el animal realiza otro acto, recibirá otro poco. Se le dá poco pues la idea no es que esté satisfecho. Veamos el ejemplo de cómo enseñar a un hambriento perro de circo a subirse a un butaco (silla). Al principio el perro estará emitiendo muchos comportamientos de manera relativamente aleatoria cerca al butaco. Sin embargo, probablemente en algún momento dado el perro se subirá al butaco por puro azar. En ese momento el perro recibirá un poco de alimento. La primera ocurrencia de este evento no hará que el perro aprenda la relación de subirse al butaco y obtener un refuerzo (en este caso comida). Seguirá explorando los alrededores y cuando vuelva a subirse al butaco tendrá su comida. La frecuencia de la respuesta de subirse al butaco se incrementará con el tiempo y finalmente, el perro se subirá las veces que sea necesarias al butaco hasta satisfacer su hambre, aprendiendo que el comportamiento de subirse al butaco se relaciona con la obtención de comida. El alimento es el reforzador por el que aumenta la probabilidad de que se repita el comportamiento de subirse al butaco (a esto se le denomina respuesta). No todos los alimentos servirán de reforzador para todos los animales. Para saber si un estímulo es reforzador para determinado organismo se observa si un comportamiento aumenta en sus niveles de respuesta luego de la presentación del estímulo. Para cualquier perro, la experiencia nos dice que la carne, o algún tipo de concentrado podrían actuar como buenos reforzadores.

De lo anterior, debe quedar claro que el animal debe estar hambriento. Un animal saciado (lleno), no hará algo que no quiere o no le interesa. Imaginemos que a nosotros nos encantan los chocolates. Si nuestra madre nos dice que lavemos la loza y nos promete un chocolate, quizás corramos a lavarla cuanto antes. Si estamos viendo televisión, comiendo una caja de "milky way", y nuestra madre nos pide lo mismo, muy probablemente no nos darán ganas de lavar la loza puesto que la recompensa, el chocolate no nos atrae por estar saciados de él. Si la deprivación no es la suficiente, el animal no aprenderá la relación de respuesta-refuerzo y tendremos probabilidades bajas de que emita el comportamiento deseado.

También debe quedar claro, que hay algunos animales, como nosotros y los perros, bastante golosos, que así estemos llenos, todavía querremos un poco mas, pero no de lo mismo. En el caso de la persona saciada de chocolate, quizás se le antoje hacer algo a cambio de un vaso de leche (para pasar el chocolate). Al perro saciado con concentrado, quizás le interese aún ponernos cuidado a nuestras ordenes si le mostramos un pedazo de carne. En los circos no hay lugar para dudas de sí quisiera o no. Los espectadores pagan para ver certezas y no probabilidades, por lo que el entrenamiento debe ser rígido y ello solo se consigue con la deprivación.

Como vimos, la forma de realizar el refuerzo del comportamiento deseado es con deprivación de comida, aunque también se puede lograr con idénticos resultados con deprivación de bebida. La deprivacion de alimento o bebida es una forma de inducir un estado para motivar el repertorio de conductas del animal. Lo anterior, es contrario a lo expresado por los cirqueros, que alegan que el procedimiento que usan es reforzar al animal y "ganarse su confianza y respeto", pero se olvidan contar la historia completa: La deprivación para que la técnica funcione. Si no hay ésta, la técnica no funciona adecuadamente. Podríamos pensar que luego que el animal haya aprendido la relación de tal o cual comportamiento con el refuerzo (comida o bebida), ya no hay necesidad de deprivarlo, y el simplemente hará lo que aprendió para ganarse su comida. Sin embargo, la realidad es que como ya se dijo, si el animal esta saciado no hará nada que no quiera hacer. Así mismo, se habla en Psicología del aprendizaje del término extinción, que hace referencia al debilitamiento y por último, desaparición de una respuesta condicionada. Los comportamientos que no están continuamente asociados terminan por extinguirse, por lo que se puede decir que el entrenamiento para los animales de circo es de por vida.

Los animales del circo se encuentran hambrientos o sedientos la mayor cantidad de tiempo para poder entrenarlos continuamente y para que realicen sus actos a satisfacción. Con éste tipo de condicionamiento son entrenados en general animales pequeños, como los perros, palomas, ratones, etc. Los animales grandes como leones, elefantes y osos tienen otro procedimiento, del que también pueden ser objeto los animales pequeños. El castigo se refiere a estímulos desagradables o dolorosos, denominados estímulos aversivos, que se añaden al ambiente si ocurre determinado comportamiento. Lo que se persigue con el castigo es que un determinado comportamiento disminuya en su probabilidad de presentación. Para el caso de los grandes animales de circo, se utiliza el castigo como método para llegar a ciertas conductas deseadas en el animal, buscando que se disminuyan las conductas de agresión del animal entrenado hacía su entrenador, y que se haga lo que éste último desea. Si el animal trata de agredir al entrenador o si no hace lo que éste quiere que haga, el animal recibirá un castigo físico. Se comienza a castigar al animal, y éste comenzará a emitir varias conductas, que si no son las deseadas se castigarán también. Comportamientos aleatorios que guiados por el castigo, hacen que el animal aprenda a dar una respuesta que pone fin a la situación aversiva del castigo. Esto es llamado condicionamiento de escape. En éste caso el refuerzo para el animal es la ausencia del castigo, representado en parar el dolor, que solo obtiene sometiéndose a lo que el entrenador quiere. Cuando el animal asocia (después de mucho "entrenamiento" que es en realidad varias sesiones de tortura) que deteminada conducta no tiene como consecuencia el castigo físico, aprenderá a realizarlas para evitarlo.

Aquí entra en escena un nuevo concepto psicológico, y es el condicionamiento de evitación, que tiene lugar cuando un organismo responde a la señal de la inminente ocurrencia de un suceso desagradable. Encadenado con lo anterior, volvemos a retomar el concepto del condicionamiento clásico. Al aplicar cada castigo se pueden usar la voz (el grito) del entrenador, una señal, los mismos elementos usados para infligir el castigo (como látigos, palos, etc.), que por sí solos serían estímulos neutros. Como el castigo se aplica a continuación a éstos elementos se produce la asociación que permite que éstos estímulos neutros se vuelvan estímulos condicionados al dolor. Cuando el entrenador grita, da una señal con la mano, mueve sus instrumentos de castigo, el animal ha aprendido que debe emitir la conducta entrenada, pues si no hace recibirá un castigo físico. Ha aprendido a asociar estas señales con el dolor del castigo, y emitiendo la conducta que ha aprendido podrá evitarlo.

Para que no vaya a tener lugar la extinción de los comportamientos aprendidos, el entrenamiento de condicionamiento por castigo se debe realizar continuamente, por lo que la tortura y la crueldad están siempre presentes. Hay que anotar que un castigo excesivo puede generar respuestas agresivas que pueden hacer perder el control sobre el animal, como se observó con los ejemplos donde los animales se volvieron "locos". Las formas de condicionamiento de refuerzo del comportamiento deseado y el castigo, se pueden usar con el mismo organismo según se requiera, realizando mezclas de sus procedimientos. No vayamos mas lejos que recordar lo que nuestros padres hacían para que nosotros nos comportáramos como ellos querían. De esta manera, los comportamientos que se le enseñan a un animal pueden ser realmente complejos y el ejemplo del perro y el butaco, puede ser solo el inicio de una secuencia de comportamientos bastante amplia. Por ejemplo, le puedo enseñar a que, estando en el butaco debe pararse en dos patas. En este caso, luego de que haya aprendido a subirse al butaco, ya no se le reforzará por ello, sino que se le obligará a que se pare en dos patas ayudandolo con una vara que lo levantará y castigando si no lo hace. Con el tiempo aprenderá la relación de subirse al butaco, pararse en dos patas y recibir alimento. En Psicología del aprendizaje este procedimiento es llamado aproximaciones sucesivas, y consiste en reforzar un comportamiento parcial que se acerque al comportamiento final deseado hasta llegar al mismo, mientras se castiga cualquier comportamiento que no sea el deseado. Lo anterior puede ser un procedimiento bastante largo, y en el caso de los animales de circo, todo un calvario.

Un último aspecto a nivel psicológico a comentar es el siguiente. Nos hemos preguntado las razones por las que un animal tan grande y fuerte como un león o un elefante no escapa de sus captores. De hecho ya vimos que han protagonizado actos de rebelión que en general son castigados con la muerte. Los animales también tienen límites, también se pueden cansar, enfermar. Los altos niveles de estrés a los que son sometidos pueden tener como vía de escape los arranques de cólera que derivan en los accidentes con humanos, y aunque en estos casos los animales quedan como los malos del paseo, ya hemos visto suficientes justificaciones para éstos actos. Sin embargo, no es la norma que los animales protagonicen actos de rebelión contra sus captores. Veamos el ejemplo de un elefante encadenado, no importa si es pequeño o ya adulto, la reacción inicial es escapar a toda costa. Como no puede hacerlo, en algún momento se cansará, pero volverá a intentarlo hasta muchos futuros cansancios. Pero llegará el momento en que se quede quieto, en que su motivación para escapar se reduzca y se cree una expectativa de no-control, de que sus actos no servirán para controlar el ambiente. Simplemente no puede controlar el evento. Haga lo que haga nada va a cambiar, seguirá encadenado. En este momento, el animal entrará en estado de indefensión aprendida. En un futuro, podrá tener cadenas menos gruesas y hasta en un momento dado, estar sin ellas, pero como ha aprendido que sus respuestas de escape no sirven de nada, precisamente no hará nada. Lo mismo pasa con un chimpancé enjaulado o con un humano que ha pasado miles de hojas de vida sin respuesta. Después del tiempo, la jaula puede quedar abierta, o la próxima hoja de vida ser la que dará un empleo, pero el chimpancé no sale, y el humano no pasa esa próxima hoja de vida. ¿Para que hacerlo si nada va a cambiar?

Como en los otros casos de aprendizaje, puede darse extinción de la indefensión aprendida con el tiempo, y es por ello que los cirqueros no se confían y mantienen las condiciones. La indefensión aprendida tenderá a mantenerse con más fuerza a mayor sea la cantidad de eventos incontrolables que sufra el organismo. La crueldad del sometimiento perdura. Un animal hambriento o sediento por culpa de cualquier tipo de procedimientos provenientes de manos humanas, así como el cautiverio extremo se considera crueldad según las leyes colombianas. "Toda privación de aire, luz, alimento, movimiento, espacio suficiente, abrigo, higiene o aseo, tratándose de animal cautivo, confinado, doméstico o no, que le cause daño grave o muerte" (Ley 84/89, capitulo III De la crueldad para con los animales, artículo 6, acápite j ). Así mismo, en la misma referencia pero en su acápie a., se anota como crueldad "Herir o lesionar a un animal por golpe, quemadura, cortada o punzada o con arma de fuego".

Como se puede apreciar, un animal no hace gratis las maromas que muestra en sus funciones. Una realidad decadente y salvaje no precisamente de los llamados salvajes se cierne sobre las funciones de los circos con animales. Por ello, no cabe duda al llamar a los circos con animales "El peor espectáculo del mundo". Es tiempo de dejar de pensar solo en nosotros mismos. Cuando hablaba de que los mayores recordábamos maravillados al circo, me refería a que nosotros no tuvimos las oportunidades de acceso a la información actuales, y por ello todos éramos tan "inocentes". Los niños de ahora no son así, y si le preguntamos a los niños sobre los circos con animales, la mayoría nos hablará de la necesidad de su libertad. Solo los padres refutarán diciendo que deben pensar en los niños antes de abolir éste tipo de espectáculo, porque solo ahí los pueden conocer y además los divierte. Estas razones, esconden quizás las verdaderas razones de los adultos, que a veces refieren: Un circo sin animales no es circo. Y lo dicen porque todavía tienen las actitudes hacía las demás formas de vida y el medio ambiente que nos han enseñado a tener: Somos los amos del universo. No es cierto. Los circos han sido un espectáculo cambiante a través de los tiempos, y las incursiones animales nunca han sido indispensables. Así mismo, no somos los dueños del universo ni de ninguna vida.

Los niños no pueden ser la excusa. Aparte de que los niños de ahora rechazan el maltrato a los animales y quieren su libertad, un niño no tendrá consecuencias en su integridad física ni psicológica si no asiste a un circo con animales. Como hemos visto, si nosotros y/o los niños continuamos asistiendo a los circos con animales se perpetuará su sufrimiento. El utilitarismo seguirá ramplante de parte de los humanos hacia los otros animales.

Lo que pensaba sobre los payasos, ya no es nada comparado con todo el abuso cometido contra éstos mártires de la "diversión humana".

NO A LOS CIRCOS CON ANIMALES: EL PEOR ESPECTACULO DEL MUNDO!!!

P.D. Quiero aclarar que éste escrito no esta en contra de los circos, sino de los circos que utilizan animales. Es una invitación a los empresarios y artistas de los circos a que sin animales en sus espectáculos, se estimule su imaginación, y creen actos y rutinas que nos maravillen a todos por la pericia humana.

Para bibliografía, cualquier libro de Psicología del aprendizaje puede servir. Pueden ver textos de Pavlov, Skinner, Thorndike, Watson, Seligman, y cualquier otro Psicólogo comportamental.  

Carlos Crespo
Psicólogo
FUNDACION Resistencia Natural
Por una cultura de Liberación animal.

Tomado de:http://www.geocities.com/resisnal/circotrassicologico.html 

Francisco Garcés 

La crueldad en los circos (Parte 1)

TRANSFONDO PSICOLÓGICO DE LOS ESPECTÁCULOS CON ANIMALES EN LOS CIRCOS: LA CRUELDAD QUE PERPETUA EL EGOCENTRISMO HUMANO


Toda persona mayor recuerda al circo como un mundo extraño. Lo cotidiano transformado en música, colores y personajes inimaginables en la escuela o en casa. No podría recordar al circo con la palabra diversión como tal, pero sí como algo cercano a una sensación de maravilla y sorpresa.

Lo primero que me hizo caer al circo de su pedestal fue una canción que escuché sobre los payasos, y sobre cómo éstos aunque tuvieran su ánimo destrozado, se pintaban y salían a escena a divertir a la gente: El espectáculo debe comenzar. xxLo anterior me pareció sumamente cruel e inhumano, y la canción de "Soy un triste payaso...", hizo tanta mella en mí que no volví a ver graciosos sus actos, pues detrás de tanta risa, había un ser humano que sentía y sufría más allá de la carcajada.

Actualmente, pienso que aunque es cruel que una persona tenga que fingir estar feliz y dichosa estando en algún momento mal, no es "privilegio" de payasos ni extraño a ningún humano, pues el ritmo de la vida actual nos obliga a todos a posponer las penas para bien del trabajo, la producción y el capital. Soy consciente que en algún momento me puedo revelar del trabajo y vivir a plenitud mis desdichas o mis alegrías, y la máxima consecuencia es que me quede sin empleo. Afortunadamente tengo esta prerrogativa en la vida, la de decidir, la de la voluntad de hacer lo que quiera (Sé que estoy siendo iluso y soñador). Si no quiero trabajar, no lo hago y es mi decisión con la conciencia de las consecuencias de mis actos. Y lo hago, porque sé que los tiempos de la esclavitud pasaron hace mucho (De nuevo iluso y soñador), y no me perseguirán hasta cazarme y matarme o hacerme volver a mi trabajo. Sé que como el payaso, tengo la libre decisión de volver a mi función diaria a pesar de tener algo quizás mejor o hasta peor que hacer. Ya no digo "pobre payaso", porque los payasos están tomando su decisión y es seguir en su lucha y teniendo a lo lejos la utopía de la libertad. Sin embargo, me quedo algo de todas aquellas diatribas y es la falsedad de todos esos colores brillantes, la música y el jolgorio que recordaba de mi niñez.

Dejo los payasos, para concentrarme en los verdaderos mártires de los circos, esos a los que las carcajadas de niños y adultos solo agravan sus síntomas y aumentan su agonía, y esos que así no quieran hacer su "trabajo" siempre deben hacerlo, so pena de ser vejados de las formas más viles, y si en algún momento no pueden hacerlo por vejez o enfermedad extrema, son asesinados, o en el mejor de los casos llevados a "prisiones de máxima seguridad". Hablo de los animales de circo. xxCuando hablé de la utopía de la libertad, me entristece reconocer que es exclusividad de humanos ejercerla en sueños. El sistema imperante se ha encargado de negar a los demás seres vivos la posibilidad si pudieran, de soñar con la libertad, pues el utilitarismo y la sed de ganancias del ser humano ha sido desde siempre mas fuerte. Y aunque la esclavitud en humanos se transformó en lo mismo pero maquillada en formas de "democracia capitalista", la esclavitud y explotación de los seres vivos no humanos se volvió cada vez mas descarada, mas cruel y sus formas son la negación misma del respeto a la vida y de la vida misma.

Sobre cualquier pretexto que el cautiverio de animales pueda tener, la privación de la libertad que sufre cualquier ser vivo es uno de los actos más atroces y degradantes que se puedan cometer. El derecho a la libertad pudiera ser considerado segundo detrás del derecho fundamental de la vida y por supuesto y como premisa fundamental de su definición, la calidad de vida.

Innumerables zoológicos tienen sede en el mundo, contando en su seno a los secuestrados más reconocidos y a su vez mas olvidados, los animales. Los zoológicos son como las cárceles humanas, con la diferencia de que sus cautivos solo cometieron el pecado de vivir en un mundo gobernado por humanos con sed de poder y dominación.

El cautiverio trae muchas de las mismas desastrosas consecuencias que han sido observadas en las cárceles con los presos humanos, y los que sufren los rigores del secuestro (Irritabilidad, estado de continua alerta, dificultades del sueño, reacciones físicas como sudoración, problemas de respiración, nauseas, palpitaciones, etc.).

El sufrimiento de los animales en los zoológicos es evidenciado en varias formas: Conductas naturales como la caza, las migraciones, y la adecuada socialización en manadas son disminuidas. Las conductas sexuales sufren notorios trastornos, así como características especiales de cada animal sufren atrofio por la falta de uso. El debilitamiento general por la escasa actividad física es notorio. Se da una amplia gama de conductas producto del estrés, como las automutilaciones y demás conductas autodestructivas, así como conductas estereotipadas (como ir continuamente de un lado al otro). El cautiverio reduce la cantidad y calidad de vida de cualquier ser vivo.

Los zoológicos modernos han ido evolucionando en el sentido de buscar que las locaciones para los animales cautivos sean similares a las de su hábitat. Para ello, han usado desde agrandar el tamaño de las jaulas, tratar de estimular a los animales con árboles, pequeños estanques y demás, murales de pintura que recrean paisajes del hábitat del animal (uno de los más patéticos), hasta crear especies de parques zoológicos donde el concepto es tener animales en reservaciones de considerable extensión.

Aun todos estos "esfuerzos", que no tendrían que hacerse si no existieran las cárceles animales llamadas zoológicos, las consecuencias de la cautividad siempre están presentes. Bien dice un refrán popular, que la cárcel así sea de oro seguirá siendo cárcel.

Y de nuevo, vuelvo al circo. Como se pudo apreciar, el cautiverio de animales en los zoológicos trae para ellos consecuencias desastrosas. En los circos, estas consecuencias se maximizan llegando a ser muchas veces tan inadaptativas, que los animales pueden llegar a perder el control y revelarse contra sus verdugos. En Colombia, hace tres años (1999) un elefante mató a su entrenador en un ataque de violencia súbita. Las miradas de culpa van hacía el animal. A principios de los 90s en EEUU, un elefante se escapó de un circo arrollando todo a su paso. Totalmente descontrolado sucumbió ante las balas de la policía. Para la sociedad el culpable aquí también fue el animal. ¿Qué pudo haber hecho que estos animales emprendieran éste tipo de acciones?

Las condiciones de cautiverio para los animales en los circos son objetivamente más crudas. A pesar de que en general, los países donde se presentan espectáculos con animales, cuentan con normas como las medidas mínimas para las jaulas, éstas pocas veces se cumplen. Lo anterior, teniendo en cuenta que el término "medidas mínimas", deja mucho que desear, pues para que no hubiera crueldad se debería exigir la medida máxima y esta solo puede ser la libertad. Los animales de circo pasan el mayor porcentaje de su vida en jaulas de espacios extremamente reducidos, donde muchas veces solo tienen campo para echarse. Las únicas veces que salen de éstas jaulas, es para entrenar y/o cuando hay función. Esto sería tanto como si nosotros los humanos, fuéramos obligados a permanecer en un ataúd la mayor cantidad de nuestro tiempo.

No debemos olvidar que los animales de circo, viajan con el mismo, soportando las penurias de su reducido espacio sumado a los golpes y vaivenes de las travesías por los pueblos y ciudades, y algo muy grave como es el constante cambio de clima (que conlleva temperatura y presión), a pesar de que los animales tienen zonas específicas con determinadas características geográficas en sus hábitats naturales. Muy pocos animales (entre ellos el ser humano), son "todo terreno". Entonces, el cautiverio extremo es el primer gran maltrato al que se somete a los animales en los circos.

Las personas que van a ver animales en los circos, pueden dar constancia de que éstos no se comportan como lo hacen en un zoológico y mucho menos como los han visto en algún documental de televisión. Si somos un poco mas observadores, nos damos cuenta que el hecho de saltar aros, montar bicicletas, aplaudir, marchar a un paso fino, y un largo etcétera, no tiene nada que ver con el comportamiento natural de los animales. Lo que vemos en los circos no es educativo, pues estamos ante animales deformados en su esencia: Sus comportamientos naturales son desplazados por otros comportamientos totalmente ajenos a su naturaleza. Los espectadores solo ven marionetas que distan mucho de lo que es un animal. Igual, para los espectadores (y a los que fuimos a un circo alguna vez sin saber lo que en estos sitios ocurre), no es (fue) relevante que los animales que vemos en los circos no se comporten como los animales que son. El hecho es que tenemos al frente a un animal exótico (leones, tigres, osos, ballenas, delfines, leones marinos, etc.) e iguales veces otros no tanto (caballos, perros, chimpancés, etc.). Tenemos al frente animales que hacen cosas muy simpáticas, que nos entretienen y hasta nos enternecen. Hasta llegamos a creer que lo que hacen nos acerca a ellos, porque hacen cosas que nosotros también hacemos. Ya no es ese animal tan distinto a mí, sino uno parecido a mí, tal como cualquier caricatura antropomorfisada de la televisión. Esta es una muestra palpable del egocentrismo del ser humano. Los espectadores salen maravillados de la función, unos por lo anterior, otros con el ego subido por que una vez mas se demostró la superioridad del hombre sobre la bestia, la razón y la inteligencia triunfando de nuevo. Hay algunos espectadores que salen con una espinita, creyendo que algo está mal y sintieron algo de la angustia en el ambiente. Algunos circos descaradamente, dejan ver explícitamente ante los espectadores una buena parte de los maltratos a los que son sometidos los animales, y estos horrorizados son los que ponen la queja en las Asociaciones Defensoras de Animales de la localidad. Esto no es la norma y en general, los espectadores salen creyendo que asistieron de una buena exhibición de comportamiento animal y que han dado una lección de Ciencias Naturales valiosisima a sus hijos. Los niños quizás crean que pueden invitar a tomar el té a un león a su casa.

Tal y como en el caso de los payasos ahogando sus penas tras el maquillaje y las risas, la realidad que se esconde tras las supuestas maravillas que hacen los animales en los circos es tenebrosa por no decir bochornosa para la ética humana. Es claro que lo que hacen los animales en los circos no es innato y por lo tanto deben aprenderlo de algún modo.

El aprendizaje se ha definido en la ciencia Psicológica como el cambio o adquisición de comportamientos de forma relativamente permanente, como resultado de la experiencia. Algo importante en ésta definición es que se diferencia de los patrones de comportamiento predeterminados biológicamente que obedecen a los años vividos, que se conoce como maduración (todo lo innato y natural).

Cómo hacer adquirir a un animal la experiencia para que se comporte de tal o cual modo, en éste caso concreto, ¿Cómo hacer para que un animal realice cualquier acto de circo que haga las "delicias" del público? Como en los repertorios de comportamiento natural (maduración) de los animales no está hacer ningún tipo de acto circense, estos deben ser enseñados y los animales deben aprenderlos. En el ámbito de la Psicología, se han identificado dos formas generales con las que los seres vivos aprendemos. La primera es denominada Condicionamiento Clásico, tipo de aprendizaje en el que un estímulo previamente neutro llega a evocar una respuesta por medio de su asociación con un estímulo que genera la respuesta por vía natural.

Si recordamos nuestra infancia, sabíamos que un gesto de nuestros padres, que en un principio fue un estímulo neutro, era asociado con que estaban furiosos con nosotros y quizás no lo íbamos a pasar muy bien. De hecho, luego del gesto, recibíamos un castigo nada agradable. Ese gesto se volvió un estímulo que nos indicaba que al estar bravos nos iban a regañar o a golpear, por lo que cuando este gesto aparecía en la cara de nuestros padres, nos moríamos de miedo. Mantengamos éste concepto presente. La segunda forma de aprendizaje es denominada Condicionamiento Operante, que describe el aprendizaje en el que una respuesta voluntaria se refuerza o debilita, según sus consecuencias sean positivas o negativas. En otras palabras, el organismo opera en el ambiente para producir un resultado deseado. En el ejemplo del gesto de nuestros padres, inmediatamente veíamos el gesto en sus caras, podíamos hacer algo para evitar el castigo que nos propinarían, como hacerles otro gesto de "yo no fui", o correr para que no nos alcancen.

Carlos Crespo
Psicólogo
FUNDACION Resistencia Natural
Por una cultura de Liberación animal.

Tomado de: http://www.geocities.com/resisnal/circotrassicologico.html 

Francisco Garcés 

Hacer las deposiciones fuera de casa

Normalmente un cachorro hace sus necesidades donde quiere , si no se le enseña acabará por convertirse en un adulto incorregible.

A cualquier persona le molestaría que su perro se orine en la alfombra o en la rueda del coche que acaba de lavar.
Es lógico, pero...¿nos hemos puesto a pensar si el perro comprende que su actitud nos molesta?

Es labor del amo que su mascota comprenda lo que se espera de el. Y no es una labor fácil.

Hay diversas teorías sobre los métodos a emplear. La más popular y que sin duda conocerá, es la del “periódico”. Nada menos recomendable, ya que el animal se sentirá agredido por lo que para el es un acto natural. La clave del éxito está en que el perro comprenda donde puede hacer y donde no.

Para conseguirlo hay que proporcionarles las ordenes para que en un plazo aproximado de cuatro semanas terminen con este “sucio”problema.

El método que emplearemos se basa en el hecho probado de que el perro no hace sus necesidades en el entorno próximo a su área de dormir. Pero antes de entrar en más detalles, permítanme que les recuerde que deben emprender esta tarea con mucha paciencia, constancia, firmeza, cariño y buen humor, de otro modo, los resultados no serán satisfactorios ni para nosotros ni para nuestro cachorro. xx
Supongamos que empezamos hoy mismo a poner en práctica el método. Esta noche, antes de irnos a dormir, daremos un corto paseo con nuestro perro. Pondremos la alarma del despertador una hora antes de la habitual. Si dispone de una jaula tipo kennel debe encerrar al perro. Si no tiene jaula, átelo a la pata de la cama o de algún mueble en el lugar donde duerme habitualmente. Cuando suene el despertador, saque inmediatamente al perro y siempre con su correa, llévelo al lugar donde quiere que - haga - sus - necesidades.

Es muy importante felicitarlo y premiarlo efusivamente cuando lo haga bien. Regresaremos , lo pondremos en su jaula de nuevo y nosotros iremos a recuperar esa hora que nos falta. A las tres horas repetimos la operación.

Siempre atado, lo sacamos al mismo sitio. Una vez que haga sus necesidades lo premiamos. Ya lo podemos dejar suelto un rato y regresamos a la casa. Es importantísimo que la persona que se quede en la casa durante el día, repita estos pasos cada dos o tres horas. Ya no es necesario devolverlo a su jaula hasta la noche. Al día siguiente nos levantaremos a la de todos los días y lo primero...., adivine..... Sacar al perro, atado con su correa al mismo sitio del día anterior.

A lo largo de este día espaciaremos una hora los intervalos de salida. Cada tres o cuatro horas, lo sacaremos con su correa al lugar elegido.xx
Por la noche de nuevo a su jaula. Los días sucesivos iremos aumentando el tiempo entre las salidas hasta que el perro se acostumbre a salir a intervalos de 6 o 7 horas, que es el tiempo promedio que alguien pasa fuera de su casa. Ya ha llegado el momento en que podrá dejar a su perro dormir fuera de la jaula. Recuerde que es importantísimo recompensarlo y felicitarlo cada vez que lo saquemos y consiga el objetivo.xxNo debe regañarlo ni pegarle si se hace antes de que le de tiempo a salir de casa y sáquelo de todos modos.

Debe lavar y desinfectar los lugares de la casa donde el perro hizo equivocado. Para evitar que lo vuelva a hacer en el mismo sitio, es recomendable rociar agua con vinagre.

Tomado de: http://www.foyel.com/cartillas/15/hacer_las_deposiciones_fuera_de_casa.html

 Francisco Garcés